Introducción

Brucelosis es una enfermedad de las especies domésticas y del hombre que produce elevadas pérdidas a la ganadería y serios problemas a la Salud Pública.

Existe en casi todos los países del mundo, y es motivo permanente de planes y prácticas de profilaxis y control.

La complejidad del problema y del poco éxito obtenido en los intentos de erradicación, la transforma en un verdadero desafío a los organismos, profesionales y agricultores preocupados de su combate.

Nuestro propósito, es presentar una breve monografía que sirva para actualizar algunos conceptos y complementar otros, de manera de mantener vivo el interés de conocer y manejar en la mejor forma posible aquellos factores que ayuden o permitan el control de la enfermedad.

Historia

Las informaciones más antiguas correspondientes a brucelosis son referen­tes a casos humanos y se las atribuyen a Hipócrates 450 años A. de C. Sólo en 1887 el inglés David Bruce aisla e identifica la primera especie del género Brucella que por su aspecto cocoide es nominada como Streptococcus melitensis y Micrococcus melitensis.

A principios del siglo XX, Zammit encuentra un 40% de la población caprina de Malta, reaccionante positiva a M. melitensis y de ésta, un número muy importante secretaba los organismos viables a través de la leche. Este descubrimiento relacionó por primera vez la afección humana con el consumo de la leche de cabra y permitió reducir el número de personas enfermas. Otros países con costa al mediterráneo reconocen también el problema de brucelosis. Así es como en 1909 en el sur de Francia se estudia la coincidencia entre una epidemia humana y una epizootia de abortos caprinos; luego se describe en España, Italia y otros países vecinos.

En Estados Unidos se describe el primer caso humano en 1898, pero la primera epidemia de brucelosis en 1922.

En cuanto a la enfermedad en bovinos, se sabe de epizootias de aborto contagioso desde mediados del siglo XVIII. En 1864 Jenning señala que el cuadro ocurriría por influencias de simpatía, por cuanto una vaca preñada al observar abortar a otra, lo hacía también a los días o semanas; por lo mismo recomendaba el aislamiento de la vaca afectada. En 1895 Bang y Stribolt en Dinamarca aislan e identifican desde fetos y membranas de un aborto en bovino el Bacillus abortus. Con posterioridad se reconoce al toro como distribuidor de la enfermedad en el ganado y la leche de vacas infectadas como reservorio del agente. Desde entonces, se ha encontrado la infección en bovinos de todas partes del mundo. Sólo en 1921 Bewan sugiere que la enfermedad humana también puede ser debida a B. abortus, lo que es confirmado por estudios epidemiológicos subsiguientes.

Con posterioridad a la identificación de B. abortus, Traum en Estados Unidos, aisla en 1914, desde porcinos prematuros, una cepa diferente a la bovina, que designa como Bacillus suis.

Evans relaciona a las tres especies de bacterias descritas hasta entonces. Reciben el nombre genérico de Brucella, según Meyer y Shaw en 1920.

En 1956, Buddle aisla desde epididimitis del carnero la B. ovis, la que asocia también a algunos cuadros de aborto en ovejas.

Otra Brucella patógena para el ratón del desierto, es aislada por Stoenner y Lackman en 1957: B. neotomae.

Finalmente, Carmichael en 1967, aisla e identifica como B. canis al agente del aborto contagioso del canino.

Desde la tercera década del siglo, diversos autores han sobresalido en el estudio de las diferentes brucelosis de las especies animales y el hombre. Valgan entre otros autores, señalar a Buck y Cotton que describen la Cepa 19 y a Manthei que experimentó su uso y el control de la enfermedad. Un extraordinario grupo de investigadores contemporáneos, han hecho de brucelo­sis, motivo de experiencias y trabajos de toda índole.

Características microbiológicas. Cultivo, aislamiento e identificación de brucella

El Género Brucella está formado por un reducido número de bacterias Gram negativas, estrechamente relacionadas entre sí. Son pequeñas (0.4 a 0.8 x 0.4 a 2.5 μ), aerobios sin cápsula, ni espora, que se presentan aisladas o en pequeños grupos; de desarrollo óptimo a 370C y pH 6.6 a 6.8. Se han clasificado seis especies, algunas de las cuales presentan biotipos, los que se diferencian por características específicas, metabólicas, bioquímicas y serológicas. A B. abortus se le reconocen 9 biotipos; a B. melitensis 3 biotipos, y B. suis, 4 biotipos. B. ovis, B. canis y B. neotomae no tienen biotipos específicos.

B. ovis y B. abortus requieren para su desarrollo, de una atmósfera con CO2 mayor que la del aire normal, sin embargo, para B. abortus es sólo un requisito para su aislamiento y primeros pasos, pues se adapta posteriormente a la atmósfera normal.

El aislamiento se puede realizar por inoculación, preferentemente en cobayos, en saco vitelino de huevos embrionados o en medios de cultivo especiales mejorados. En este último caso, B. ovis requiere además de suero sanguíneo. En caso de contaminación, éstos medios de cultivo se hacen selectivos adicionándoles fungistáticos y antibióticos, además de violeta de etilo.

Normalmente las especies B. ovis y B. canis, al aislamiento son rugosas, en tanto que las otras especies son lisas. Todas las especies pueden presentar disociación de colonias, con lo cual cambian también sus características antigénicas. Las colonias pueden ser lisas (S), rugosas (R) o mucoides (M), diferenciables por diversos métodos de laboratorio.

Algunas especies producen H2S, lo que permite diferenciarlas de acuerdo a la cantidad y número de días de producción. Es posible distinguir también, diferente velocidad de actividad ureásica entre las especies.

Se ha utilizado frecuentemente comó método diferencial, la acción inhibitoria sobre el desarrollo, de algunos colorantes de anilina, preferentemen­te tionina y fucsina básica.

Para el diagnóstico directo, las muestras de elección variarán según la especie afectada y el curso de la enfermedad. Preferentemente se utiliza:

a) leche de todos los cuartos; b) exudado vaginal postaborto; c) sangre para hemocultivo, con o sin citrato de Na.; d) membrana fetal o contenido estomacal, pulmón, bazo y meconio del feto abortado; e) de animal sacrificado: tejidos del sistema retículo endotelial, como ganglios supramamarios, retrofaríngeos e ilíacos, bazo; ubre y útero grávido o puerperal; f) en el hombre: médula ósea, secreciones, sangre y líquido sinovial.

Las muestras de tejido pueden ser sometidas a técnicas de tinción identificatorias como Ziehl Nielsen modificado, que permite observar la brucela color rojo sobre fondo azul o la tinción de Koster modificada en que se aprecian rojo naranja con fondo azul.

La tipificación ordinaria de brucelas por los requerimientos de C02, inhibición del desarrollo frente a colorantes, producción de H2S y la actividad ureásica, puede ser complementada por estudios de reducción de nitratos, acción de la eritromicina, del dietilditiocarbonato, sensibilidad frente a fagos específicos y pruebas metabólicas sobre aminoácidos e hidratos de carbono.

Las brucelas son sensibles a antisépticos, a la pasteurización, a antibióticos como tetraciclinas, cloramfenicol, neomicina, streptomicina y sulfonamidas. Son resistentes a penicilinas. Se encuentran viables en leche refrigerada hasta 10 días, en mantequilla refrigerada por 4 meses y en carnes saladas por 45 días. En el medio exterior también son altamente resistentes, especialmente en fecas, cama de paja, y productos de abortos. El sol directo las destruye rápidamente.

Las especies presentan diferentes grados de virulencia, los que se pueden determinar por inoculación en cobayos o por su actividad catalásica, aunque la interpretación de estos ensayos sea discutida.

Junto al cobayo, el ratón y el mono son las especies más sensibles a Brucella.

Estudios de la composición antigénica con sueros-anti en las 3 especies clásicas, determinan la existencia de los antígenos aglutinantes A y M cualitativamente semejantes, pero cuantitativamente diferentes; así la proporción A: M en B. abortus es de 20:1 y en B. melitensis de 1:20; en tanto que en B. suis posee más A que M, pero no se puede diferenciar por este método de B. abortus.

Además de estructuras antigénicas comunes entre ellas, las brucelas presentan reacción cruzada con otras especies bacterianas como Pasteurella tularensis, Campylobacter foetus, Yersinia enterocolítica tipo IX, Moraxella, Acinetobacter, Bordeteila, Francisella, Salmonella, Leptospira y otros.

DIAGNOSTICO

Fuera del diagnóstico bacteriológico, que es concluyente en brucelosis, existe el diagnóstico inmunológico.

Este método de diagnóstico indirecto, permite detectar, tanto la respuesta celular debida a linfocitos T, como la producción de anticuerpos por linfocitos B en el animal previamente sensibilizado.

A. Humoral. La determinación de anticuerpos, ya sea en suero sanguíneo o leche, comprende una variedad de pruebas diagnósticas en que se involucra una o más clases de inmunoglobulinas, mayor o menor sensibilidad, especificidad, etc., que, sumadas a las condiciones particulares de cada caso, conducirán a la elección de la prueba a utilizar. Estas son:

Sero-aglutinación en Placa (SAP). Emplea antígeno concentrado. Es una prueba estandarizada simple, cuantitativa y rápida (lectura a los 8 minutos) que detecta anticuerpos aglutinantes como Ig M ó Ig G2. Falla en detectar algunos anticuerpos no aglutinantes. Aplicable al diagnóstico de todas las brucelas clásicas (abortus, suis, melitensis). Sero-aglutinación en Tubo (SAT). Emplea antígeno diluído. Es lenta (24 horas); su base es idéntica a la prueba SAP y se le considera levemente más precisa. Es simple y estandarizada, pero falla en detectar algunos anticuerpos no aglutinantes, por lo que ocurren falsos negativos. Fijación del Complemento clásica. Detecta cuantitativamente anticuer­pos no aglutinantes como Ig G1, también detecta IgM no inactivadas por calor. Es la prueba serológica más segura, que más se acerca a los resultados del diagnóstico bacteriológico. Inconvenientes: no diferencia animales vacunados recientemente, de infectados; no detecta portadores latentes, su ejecución está sujeta a reacciones anticomplementarias y de prozona, no está estandarizada y su ejecución es complicada. Prueba de Rosa de Bengala (del antígeno tamponado, de la tarjeta). El antígeno es teñido con Rosa de Bengala y está suspendido en buffer ácido, este último inhibiría las inmunoglobulinas inespecíficas. Es una prueba de aglutina­ción barata, fácil, útil para 'Screening' y que da algunos falsos positivos y falsos negativos. Prueba del anillo. Colectiva, utiliza leche completa de hasta 150 vacas. El antígeno es teñido con hematoxilina. Es una prueba de aglutinación que detecta IgM, IgA e IgG. De sensibilidad y especificidad variables, fácil, barata y de aplicación como 'screening' para la reducción preliminar de grupos altamente infectados. Tiene 73% de eficiencia comparada con las pruebas de sangre. También puede usarse en forma individual. Prueba de Rivanol. Al inactivar IgM, detecta IgG, por lo que las pruebas de aglutinación se hacen más específicas, pero se eliminan también algunas reacciones específicas. Prueba del 2-mercaptoetanol. Tiene la misma base que la prueba de Rivanol. Detecta enfermos crónicos. Calentamiento de suero. La termo-inactivación del suero destruye IgM, obteniéndose la misma base que la prueba del Rivanol. Hemolisis indirecta. De reciente uso para brucelosis bovina, utiliza eritrocitos sensibilizados con antígenos de brucelas, los que se usan frente a sueros positivos. Tiene la ventaja sobre Fijación del Complemento de obviar el fenómeno de prozona. Prueba muy sensible, útil en zonas de baja incidencia. A la fecha, no totalmente evaluada, pero promisoria como arma de diagnóstico. Antiglobulina de Coombs. Prueba muy sensible, pero de ejecución laboriosa. Utiliza antisuero preparado contra las inmunoglobulinas de la especie que se probará. Identifica específicamente clases de anticuerpos a Brucella, por lo tanto puede detectar anticuerpos incompletos no apreciables por otras pruebas. Fijación del complemento con antígeno rugoso. Permite en bovinos detectar a vacunados con Cepa 45/20, se realiza simultáneamente con fijación de complemento con antígenos de cepas lisas, se comparan resultados y diferencian las reacciones postvaccinales. También se emplea en el diagnóstico de brucelosis a B. ovis y B. canis. Contra Inmunoelectroforésis. Técnica sofisticada que detecta anticuerpos específicos anti S y anti R, al compararse con patrones en que se ha usado antígenos de Brucella lisas y rugosas. Debe compararse contra un suero control positivo y un suero negativo de la misma especie. Prueba de absorción cruzada. Al suero a estudiar, dividido en tres porciones, se le agrega Brucella rugosas, lisas y salina, estos sueros tratados se someten a pruebas con antígenos de lisas y rugosas. Por comparación de títulos entre sueros absorbidos y control con salina, se determina los anticuerpos existentes. Difusión en gel. Frente a sueros sospechosos o positivos a cepas lisas, da mayor porcentaje de positivos que las pruebas de Rivanol y 2 mercaptoeta­nol; es una prueba muy reciente y compleja que permitiría distinguir animales vacunados de infectados. En sueros de animales afectados por cepas rugosas, es tan sensible como la prueba de Fijación del complemento. Inmunodifusión radial. Variante del método anterior. Se han probado fracciones diferentes de varias especies de Brucella como antígenos, dando resultados promisorios. ELISA (enzime linked inmuno sorbent assay). Prueba también sofisticada, cuya aplicación a bruce losis está en fase experimental.

B. Celular: La respuesta celular a Brucelosis puede ser medida directamen­te en el animal a través de una reacción de hipersensibilidad tardía o por el estudio de células sanguíneas y sustancias producidas por ellas.

Hipersensibilidad tardía. Consiste en la inoculación intradérmica de un preparado de Brucella. El desconocimiento de la naturaleza química del antígeno responsable, ha llevado a la inoculación de proteínas, lipopolisacáridos y polisacáridos de Brucella con diferentes resultados. La prueba mide eritema a induración en el punto de inoculación a las 24 - 48 horas. Su uso es insatisfactorio, porque los animales quedan sensibilizados y producen anticuerpos detectables. Un trabajo reciente con un elaborado alergeno, parece haber obviado los defectos mencionados, por lo menos experimentalmente. Activación linfocitaria. Se basa en que linfocitos sensibilizados a Brucella y provenientes de sangre periférica, al ponerse en contacto con el antígeno, estimulan su metabolismo y actividad blástica. Esto es medible por la incorporación de una sustancia marcada detectable por centelleo. Es una prueba de difícil ejecución. Sus resultados tendrían relación con la prueba de hipersensibilidad tardía. Prueba del Factor de Inhibición de Migración (MIF). Como la anterior, es una prueba experimental muy compleja. Se basa en que los linfocitos sensibilizados a Brucella, en contacto con su antígeno específico, producen varias sustancias, entre las cuales una inhibe la normal movilización de macrófagos. Esta inhibición, se compara con la movilización normal sin el antígeno.

En términos generales, existe una serie de métodos de diagnóstico factibles de usar en forma rutinaria, otros complementarios cuya realización implica un cierto grado de especialización y por último unos métodos complejos cuyo empleo está destinado a la investigación y no serán usados rutinariamente hasta que no sean totalmente estandarizados o comprobados en su eficiencia.

Brucelosis del bovino

La Brucelosis del bovino es producida en general por B. abortus. Son muy raros los casos debido a otras Brucella; ello sería factible en la crianza mixta de bovinos y cerdos, o de bovinos y caprinos, hecho que no es corriente en nuestro medio.

En nuestro país no se sabe de casos de Brucelosis hasta alrededor de 1930, donde médicos veterinarios de la Sociedad Nacional de Agricultura realizan algunas encuestas diagnósticas. En 1945 el porcentaje de bovinos reaccionantes a la prueba de aglutinación es 30%. Poco tiempo después el Ministerio de Agricultura, en base a los diagnósticos realizados por laboratorios comprueba un 7% de bovinos reaccionantes. Esta diferencia en el valor de prevalencia anterior, se podría explicar por la falta de estandarización o diferente interpretación de las primeras experiencias de diagnóstico.

En relación a la prevalencia actual de Brucelocis bovina, incluimos el antecedente del Servicio Agrícola y Ganadero, que ha usado para su Programa de Control de Brucelosis, y que se refiere a prevalencia desde Coquimbo a Chiloé inclusive.

Estimación de la prevalencia de Brucelosis según provincias

Provincias Muestras obtenidas Positivas* Prevalencia Prevalencia estimada
Coquimbo - - -
Aconcagua 918 16 1,7
Valparaíso 940 26 2,7
Santiago 2.014 251 13,9
O'Higgins 507 14 2,8
Colchagua 513 18 3,4
Curicó 910 23 2,5
Talca 1.069 19 1,7
Maule 514 3 0,5
Linares 1.084 39 3,3
Ñuble 1.087 48 4,1
Concepción 2.062 60 2,1
Arauco 2.041 32 1,5
Bío-Bío - - -
Malleco 942 32   3,5
Cautín 1.802 98  5,3
Valdivia 1.266 164  12,5
Osorno 1.060 160  15,0
Llanquihue 2.278 207 8,8
Chiloé 801 45 6,6
La estimación de prevalencia se obtuvo de acuerdo al diseño muestral utilizado, incluyendo entre los positivos un tercio de los bovinos sospechosos (S.A.G., 1979). * En las provincias de Valdivia y Osorno se calculó la Prevalencia en base a vacas muestreadas.

Según estos antecedentes, la brucelosis para las zonas citadas alcanzó a 7% aproximadamente de prevalecía promedio.

La prevalecía de brucelosis en otros países es más discreta. Estados Unidos, no ha variado prácticamente su prevalecía entre 1 y 2% en los últimos 20 años, a pesar de haber eliminado miles de animales y haber gastado elevadas sumas de dinero.

La Brucelosis bovina ha sido controlada y erradicada en algunos países del norte de Europa, pero prácticamente se le describe en todos aquellos donde se explota el ganado bovino.

Como antecedente, se puede citar que la brucelosis bovina se presenta en Francia con un 25% de predios infectados, en Australia hasta alrededor de 2% de reaccionantes. México presenta una prevalecía de 4,4%.

EPIDEMIOLOGIA

La brucelosis del bovino es generalmente causada por la ingestión de la Brucella. Esta se encontraría en el alimento o agua contaminada por secreciones o descarga de abortos de hembras infectadas.

La conjuntiva, la vía aerógena y la cutánea pueden jugar también un papel como vía de recepción de la infección. Actualmente no se acepta la vía venérea como de importancia en la transmisión de la enfermedad; sí, la introducción de semen infectado en el proceso de inseminación artificial.

La leche constituiría una forma natural de excreción de organismos en las vacas infectadas, y de gran importancia en la transmisión.

La presencia de abortos, cuando éste se produce en lecherías, corrales o cualquier otro sitio que implique concentración de animales, significa sin lugar a dudas el principal factor para la diseminación de la enfermedad. El producto de aborto no sólo infecta piso, alimento y agua, sino que los animales mantenidos en el lugar donde se produjo el aborto, acostumbran a lamer este producto, adquiriendo así la infección.

Factores inherentes al microorganismo han sido considerados como de relativa importancia en la presentación de brucelosis. La distribución de biotipos podría tener alguna importancia para conocer el origen de algunas infecciones.

El diferente grado de virulencia de algunas cepas, ha sido comprobado cuando éstos actúan naturalmente. Se ha tratado de encontrar métodos para conocer estas características con varios recursos de laboratorio, o trabajos en animales de experimentación sin resultados confiables.

El clima, la ubicación geográfica y los sistemas de alimentación, al parecer no participan como tales, en la mayor o menor frecuencia de presentación, de la brucelosis. Encontramos la enfermedad en altas y bajas incidencias, tanto en las áreas más frías de los continentes (Norte de Rusia), como en climas tropicales y subtropicales (Florida, USA).

La cantidad de agua caída tendría alguna importancia en el drenaje y lavado de los terrenos contaminados.

Un factor de importancia en la transmisión de la infección, lo constituye la resistencia de Brucella a los factores del medio. Aunque sensible a los rayos directos del sol, las brucelas permanecen viables largo tiempo en pastos y excretas contaminadas, siempre que exista un adecuado grado de humedad. La resistencia es mayor cuando están recubiertas por abundante material orgánico. Hay autores que han encontrado brucelas viables luego de 100 días, en el estiércol y cama de lecherías contaminadas.

Brucella abortus es sensible a los antisépticos de uso moderno, los que previa limpieza, pueden ser usados en desinfección de piso de lecherías, corrales de estacionamiento, o corrales de alimentación.

Se hace imposible, por motivos obvios, la desinfección de potreros o cualquier espacio amplio que haya sido contaminado. La leche contaminada, pierde la condición de tal, luego de la cocción o pasteurización.

Las razas de bovinos no tienen una susceptibilidad diferida en cuanto a brucelosis. Es importante el hecho que las vacas de lechería presenten mayor frecuencia de brucelosis, pero este fenómeno es más el resultado de la concentración implícita a que son sometidas estos animales, que al hecho mismo que sean más susceptibles.

Está totalmente comprobado que la brucelosis se presentará con mayor frecuencia y será más difícil de controlar en todos aquellos rebaños de mayor tamaño o cuando existe alta concentración o densidad de la masa bovina pertinente.

Los factores inherentes al animal, como la edad y el sexo, son importantes en la epidemiología de esta enfermedad.

El animal joven que no ha llegado a la pubertad, ha sido considerado como resistente a la infección, aunque actualmente, se ha encontrado que un número importante de terneras pueden haber sido infectadas en útero o por la leche de su madre, permaneciendo negativas a las pruebas serológicas de diagnóstico, y abortar la primera gestación.

Para otros autores la resistencia de las terneras a la infección, se debería a factores de inmunidad pasiva, o a cierto grado de inmunidad producida por la infección al nacimiento, resistencia que puede durar un tiempo prolongado, hasta nuevas reinfecciones. La vacunación con Cepa 19 a los 30 y 60 días de edad ha demostrado que estos animales son receptivos a esta infección vaccinal.

El macho puede infectarse de edad más joven que la hembra, pero como ya se dijo, su papel en la transmisión de la enfermedad se considera de escasa importancia. Tampoco jugarían papel en la distribución de la enfermedad, los machos castrados, dedicados a la engorda.

Una serie de otros animales, incluso el hombre, son susceptibles de enfermar de brucelosis, y jugar algún papel en su persistencia y transmisión.

Los rumiantes en general son susceptibles a B. abortus y muchos hacen la enfermedad en forma natural, adquiriendo extraordinaria importancia en aquellas áreas donde se practican programas de erradicación. Los búfalos, camélidos, cérvidos, caprinos y ovinos, son altamente susceptibles a la infección.

Cerdos y caballos también infectan con frecuencia especialmente este último. La administración de sueros de leche luego de la preparación de quesos, a los animales, es una forma usual de transmitir la infección.

Los perros juegan un papel importante en la distribución de la enfermedad, no sólo porque sufren la infección, sino por su papel mecánico de arrastrar los fetos y diseminar microorganismos en el terreno.

Las especies salvajes de mamíferos, pueden ser reservorios de la infección. Poco o ningún papel juegan los roedores, aunque existe una Brucella específica en un ratón de bosques.

Los insectos picadores sólo actuarían mecánicamente en la distribución de la brucelosis.

El hombre es susceptible a adquirir B. abortus. Puede hacer una enferme­dad grave o solapada, sin síntomas específicos. Se infecta generalmente por el consumo de leche o quesos frescos contaminados.

La forma cutánea de infección es corriente en individuos que de una u otra manera están en contacto con material, productos o subproductos de animales contaminados.

El médico veterinario se infecta generalmente en las actividades de clínica obtétrica, palpaciones, etc. Además de la vía cutánea, es importante la vía conjuntival. Se ha comprobado que la ausencia de anteojos en la actividad obstétrica o palpaciones, hace mucho más posible el riesgo de contaminación.

PATOGENIA

Brucella es primariamente un parásito intracelular. Los tejidos de predilección son aquellos del sistema retículo endotelial. Sin embargo, también puede haber desarrollo en otro tipo de células.

Se acepta que las cepas virulentas tendrán la habilidad de multiplicarse en los fagocitos mononucleares.

Los tipos lisos de Brucella contienen una potente endotoxina, incluso la Cepa 19, pero su acción no está totalmente clarificada. Tienen efecto sobre sistema nervioso central y autónomo. La citotoxicidad frente a los macrófagos depende de la previa sensibilización de éstos.

Brucella abortus tienen también acción productiva de granulomas, los que pueden confluir para formar lesiones mayores. Centralmente comenzará un proceso de necrosis hialina. Igualmente se puede formar abscesos en diferentes órganos.

La ubicación de los procesos inflamatorios y granulomatosos de orígen brucelar, tiene importancia en relación al efecto negativo que producen.

También las vaquillas vírgenes afectadas, pueden eliminar Brucella en sus secreciones vaginales.

Se ha detectado la presencia de erytritol jugando un papel en el tropismo de la Brucella por tejidos placentarios, hecho discutido por algunos autores.

La ubicación de la bacteria en el útero grávido y su multiplicación podrá llegar a producir el aborto.

Ordinariamente la Brucella puede localizarse, luego de la competencia con los anticuerpos humorales, en ganglios de la región mamaria. Un 80% de las vacas infectadas tienen el agente en estos ganglios. Corrientemente se eliminan los gérmenes por la leche.

DIAGNOSTICO

Las diferentes pruebas de diagnóstico para brucelosis bovina pueden clasificarse en aquéllas que comprueban inmunidad de tipo celular y en las que comprueban inmunidad de tipo humoral, sumadas al aislamiento del agente causal.

Las primeras se están usando a la fecha, exclusivamente a niveles experimentales, aunque hace un tiempo existió el uso de varias pruebas intradérmicas.

El aislamiento bacteriológico de Brucella a partir de leche, secreciones, ganglios, contenido de estómago de fetos es el más preciso, pero difícil de usarse rutinariamente, salvo en casos de aborto.

Las pruebas serológicas han sido ampliamente usadas en el bovino. Están basados principalmente en la determinación de IgM, IgG, 1 y 2.

Las pruebas más usadas son las de seroaglutinación estándar en placa o tubo, las del Antígeno Tamponado, la del 2 mercaptoetanol, Rivanol, Fijación del Complemento y Coombs.

Ultimamente se han ensayado pruebas como la hemólisis indirecta, radio-inmuno ensayo, inmunodifusión, ELISA, Aglutinación en plasma seminal y otras. Todas estas últimas pruebas no tienen un uso rutinario y muchas aún están en su fase de estudio y experimentación.

En brucelosis bovina, se ha discutido el valor que cada prueba tiene como arma de diagnóstico rutinaria, bajo las diferentes circunstancias que puedan presentarse.

En general la especificidad de los métodos serológicos, deben comprenderse como un hecho no absoluto. Una serie de respuestas inespecíficas, reacciones cruzadas con otras bacterias y problemas de interpretación de los resultados, por inmunidad pasiva o calostral, por vacunaciones previas, más el factor de error humano, deben considerarse como factores negativos que poseen estas técnicas.

También pueden haber falsos negativos cuando los procesos están en incubación, cuando hay aborto o inmediatamente después de él.

Numerosos trabajos basados en comprobar la presencia o ausencia de Brucella en bovinos reaccionantes a tal o cual prueba, han dejado en claro cuales serían aquéllas más confiables.

Morgan en Inglaterra ha comprobado a partir de 302 casos de aborto donde se aisló B. abortus, sólo en 91,4% dio positivo a la prueba del Antígeno Tamponado, un 88% a la prueba de Fijación del Complemento y un 66% a la prueba de Seroaglutinación Estándar.

Nicoletti en 1980 se refiere a las cualidades e inconvenientes del uso de las diferentes pruebas serológicas de diagnóstico. Frente a seroaglutinación en placa, dice que es una prueba insuficiente para el diagnóstico de brucelosis crónica y es muy lenta para dar positivo frente a algunas infecciones recientes; también es una prueba fuertemente influenciada por la vacunación anterior. Fuera de ésto, se le encuentra muy sensible para dar fenómenos de prozona. Se reconoce como cualidad el ser estandarizada. Recomienda siempre usarla con otras pruebas más definitoras. A la prueba del anillo la encuentra como un buen método para pesquizar infecciones en la leche.

La prueba del antígeno tamponado presentaría una buena detección de las infecciones recientes y crónicas. Da muy pocos casos de falsos negativos. Los falsos positivos por vacunaciones anteriores son los mínimos. La reconoce como la mejor prueba por su simpleza, rapidez y precisión.

Los resultados de esta prueba son muy similares a la Fijación del Complemento, prueba que es eficiente, pero aún de uso restringido en nuestro medio, por su costo, complejidad y necesidad de personal especializado.

Las pruebas de 2 Mercatoetanol y Rivanol las considera también más precisas que las de Seroaglutinación Estándar.

Varios países han establecido reglamentaciones indicando el uso de las diferentes pruebas para los diagnósticos oficiales. El antígeno tamponado hoy por hoy sería la prueba más utilizada.

A pesar de todo se acepta que ningún método de diagnóstico es capaz de detectar todos los animales infectados, y no incluir en estos a algunos sanos. Es por ello que todos los autores recomiendan el empleo de una batería de pruebas de diagnóstico, o en otras palabras, usar siempre más de una prueba con este fin.

¿Cuáles serían entonces las pruebas de preferencia y cuáles las complementarias?

Para tener la respuesta, deberá considerarse las diversas circunstancias, los medios existentes y los antecedentes inherentes al grupo de animales a estudiar.

Entre estos antecedentes son de gran importancia:

Las vacunaciones anteriores con Cepa 19. Las vacunaciones anteriores con Cepa 45/20. La presencia de anticuerpos calostrales. Los posibles períodos de incubación de la infección. La presencia de infecciones crónicas. La presencia anterior de casos de abortos. La posible presencia de reacciones inespecíficas. La variación por interpretaciones individuales.

En términos generales, se recomienda el empleo de la prueba de Antígeno Tamponado y la Prueba de Seroaglutinación en los casos donde se espere una prevalecía regular.

En programas avanzados de control se recomienda la prueba de Antígeno Tamponado y FC., también prueba del Anillo.

En casos especiales usar suero seminal, Coombs y F.C. (toros de inseminación artificial).

En dudas individuales, usar siempre varias pruebas.

CONTROL

En casi todos los países del mundo, el control de la brucelosis ha consistido en la vacunación de terneras con Cepa 19 y en la eliminación de los animales infectados.

Actualmente se acepta, que aproximadamente un 65-75% de las terneras vacunadas con esta Cepa 19, adquiere un aceptable grado de protección, la que las protege frente a la infección natural.

El 25-35% restante, adquirirá un grado de protección intermedio o insuficiente. Muchas son las causas que participan en este hecho; como el grado de cobertura de la vacunación, factores inherentes a la vacuna, como son viabilidad, la cantidad de colonias disociadas, el tipo de conservación; factores de la ternera como son la edad, la inmunidad pasiva; o factores del medio, como son el grado de contaminación ambiental y el manejo. También influirá el tipo de virulencia de la cepa infectante.

Todos estos factores son de gran importancia, y explican el porqué, con sólo vacunar con Cepa 19, es imposible lograr el control de la Brucelosis.

Necesariamente deberá tomarse, una serie de otras medidas, como son el manejo adecuado de la masa, segregación de animales positivos y sospechosos, eliminación inmediata de reaccionantes, medidas de higiene y desinfección en las pariciones, etc.

Muchos países, entre ellos USA, emplean la vacunación desde los 2 meses, estableciendo con ello mayor eficiencia y menor respuesta serológica post vaccinal.

Las terneras vacunadas con Cepa 19, presentarán anticuerpos humorales por un tiempo proporcionalmente más largo, mientras más tarde se realice la inoculación de la vacuna.

Está contraindicado la vacunación de los machos, por los riesgos que tiene de provocar infecciones en el aparato genital, expresados como orquitis, epididimitis, vesiculitis y otros.

Los estudios clásicos sobre efectos de la vacunación con Cepa 19, han establecido que en un predio donde la enfermedad ha estado controlada, la protección dura aproximadamente 6 - 7 años.

Los fracasos de la vacunación con Cepa 19 en áreas de alta prevalecía de infección, ha hecho estudiar la vacunación de hembras adultas, las que siendo susceptibles, no son consideradas en los planes corrientes de control. Es así como recientes estudios en Francia, USA, y también realizados por nosotros, han demostrado la factibilidad de vacunar bovinos adultos con dosis reducidas de Cepa 19, teniendo después de ello, una buena respuesta inmunitaria, con una corta respuesta de tipo humoral, que no dura más allá de los 45 días. Este tipo de vacunación no provoca abortos, ni otros problemas contradictorios. Hemos comprobado que en algunos casos pueden persistir algunos títulos serológicos a la prueba de Seroaglutinación Estándar y Rosa de bengala, especialmente cuando las vacas han sido previamente vacunadas con Cepa 45/20.

Este método, usado en alta escala en algunos estados de USA (Florida y Puerto Rico) está dando resultados halagadores, pero creemos que aún faltan experiencias para recomendarlo abiertamente.

Cepa 45/20 Adyuvante, es una vacuna ampliamente usada especialmente en Australia. La protección que confiere es similar a la de la Cepa 19 y puede ser aplicada sin problemas en adultos.

Se aplica generalmente en 2 dosis espaciadas de 6 a 12 semanas. A pesar que una o dos aplicaciones no dan resultados serológicos positivos, sino a la prueba de Fijación del Complemento y de Coombs, cuando se aplican más dosis, pueden alterar los resultados en la prueba de Seroaglutinación y Antígeno Tamponado.

Existen otras vacunas como la Rev. 1 y la H38 cuyo uso no se registra en el país, a pesar de que han sido usadas en Francia, España y otros países europeos.

En resumen, no hay una vacuna 100% eficaz, pero la vacunación con Cepa 19 en áreas infectadas, es hoy por hoy la única arma de control que junto a medidas de segregación, higiene y manejo adecuado permitirían controlar la brucelosis.

Las medidas más indicadas en higiene y manejo para prevenir la brucelosis, están dirigidas a controlar el aborto, ya que la eliminación de Brucella sucede precisamente en estas circunstancias. Igualmente una vaca infectada, aunque tenga un parto normal, elimina grandes cantidades de Brucella en los líquidos y productos del parto.

Esta situación puede ser controlada manteniendo parideras, o aislamiento adecuados, para que la contaminación del medio pueda ser perfectamente controlada.

La eliminación de reaccionantes como único sistema, es bastante caro y no ha dado los resultados esperados. En USA, con este sistema la prevalecía (1,04%) se mantiene estacionaria desde hace más de 10 años, a pesar de haber sacrificado miles y miles de bovinos.

El tamaño del rebaño juega un papel muy importante si se quiere lograr resultados satisfactorios en el control. Ello explica el éxito alcanzado en países del Norte de Europa donde los rebaños son en general de tamaño reducido.

El problema de la brucelosis no es un problema individual, sino de la masa bovina, y el buen o mal resultado de los planes de control, dependerá además de la tasa de prevalecía del área o zona afectada. También deberá considerarse

la presencia de otros animales susceptibles que puedan actuar como reservorios o portadores de la enfermedad. Las medidas higiénicas nunca deberán ser descuidadas.

La brucelosis bovina es una enfermedad compleja y condicionada a innumerables factores del medio en que se produce y de los animales que afecta, y por lo tanto, todos los esquemas de control que puedan aplicarse, deberán considerar el efecto de cada uno de estos factores.

Brucelosis caprina

EPIDEMIOLOGIA

El caprino y el ovino son las especies que con mayor facilidad sufren de brucelosis debido a Brucella melitensis. Sin embargo el caprino puede infectarse con otras especies de Brucella, especialmente si comparte su habitat con bovinos o cerdos que tengan la enfermedad.

Como en las demás especies, la enfermedad se manifiesta con aborto en las hembras. Los machos sufren de infecciones genitales, pero no se ha comprobado la transmisión por la monta.

El hombre se infecta corrientemente por consumo de productos lácteos, especialmente quesos frescos procedentes de cabras enfermas de brucelosis. La excreción de gérmenes por la leche puede ser constante o intermitente dependiendo de la cantidad de éstos que estén instalados en la glándula mamaria. Se estima además, que la contaminación producida por los abortos, también es una fuente importante de infección para los animales y para el hombre.

Se describen tres biotipos de Brucella melitensis y estas se encuentran con mayor frecuencia en regiones de alta concentración de ganado caprino.

PATOGENIA

La forma más corriente de infección, es por vía digestiva, siendo también importantes, la conjuntiva ocular, piel y vías respiratorias. Una vez penetrada la bacteria y localizada en los ganglios linfáticos, se produce luego una bacteremia temporal. Esta determina la invasión uterina y la colonización de la glándula mamaria. Así se producen abortos y mastitis en hembras en gestación y lactancia respectivamente. La mejoría de algunas de las cabras afectadas, ocurre en forma espontánea, aunque la infección persista por años en el predio.

Una vez introducida la infección brucelósica en el rebaño caprino, los niveles de fertilidad se reducen considerablemente.

Sin duda, también el aborto es frecuente post infección de Brucella en caprinos. Muchos de los cabritos infectados que nacen, pueden morir a los pocos días. Si sobreviven curan espontáneamente, antes de llegar a la edad de reproducción, donde suelen reinfectarse.

Los gérmenes que se localizan en las ubres, no producen cambios en la producción lechera. Esta se ve afectada solamente, cuando se produce el aborto.

DIAGNOSTICO

El aislamiento bacteriológico de Brucella es la prueba indiscutible que señala a un animal como positivo. Las muestras más recomendables para aislamiento en casos agudos, serían leche y secreciones vaginales. En casos crónicos, existe mayor posibilidad de encontrarla sólo en la leche.

Las pruebas serológicas más recomendables para el diagnóstico de brucelosis en caprinos serían:

- Prueba de Aglutinación en Tubo. Puede aumentar su eficacia empleando con el antígeno una solución de NaCI al 5% en vez de al 0,85% Conviene hacer dos pruebas separadas por 4 a 6 semanas.

Los resultados negativos, a esta prueba no implican que el animal no se encuentre infectado.

- Prueba de Aglutinación en Placa. El antígeno preparado con B. Melitensis, da reacciones más claras, que usando el antígeno estándar.

- Prueba de Fijación del Complemento. Es conveniente inactivar el suero a 62°C para eliminar la actividad anticomplementaria. Resulta una prueba útil para animales que han sido vacunados con Rev 1, ya que se hacen negativos a este test, dentro de los siguientes seis meses post vacunación.

- Prueba del Antígeno Tamponado. Es una prueba que se recomienda usar en caprinos, por sus características de fácil ejecución y claridad.

- Prueba del Anillo. Una de las ventajas de esta prueba es que es más fácil extraer leche que sangre, además de que a partir de leche se pueden hacer cultivos. Cuando se realiza con mezclas de leche del rebaño, un resultado negativo no implica que la enfermedad esté ausente. Una forma de mejorar la eficiencia de la prueba es añadiendo una o varias gotas salinas a una concentración tal, que la concentración final en la leche sea de un 5% de NaCI.

Cuando se realiza un estudio serológico en un rebaño, es conveniente repetir varias veces una misma prueba, que efectuar pruebas diferentes a intervalos más largos de tiempo. Sin embargo, cuando existe sólo una posibilidad de extraer sangre, su suero debe ser estudiado por varias pruebas.

CONTROL

Los rebaños caprinos afectados de brucelosis, no siempre están aislados, por lo tanto la unidad epidemiológica corresponderá a la región o área que se está estudiando.

Debido a la dificultad en la eliminación de animales infectados, la vacunación seguirá siendo la medida más adecuada para controlar la enfer­medad.

La vacuna más usada y recomendable es la Rev 1. Es una vacuna viva, atenuada de B. melitensis que protege por 4 a 5 años sin disminución de la tasa de anticuerpos. Su uso se recomienda en impúberes con dosis completa. Se ha usado esta vacuna en dosis reducida, inmunizando hembras gestantes o lactando, sin que se comprobara una posterior eliminación de la cepa vacuna¡, ni reversión de ésta, produciendo una respuesta serológica muy disminuida.

En zonas de alta prevalecía de brucelosis caprina, conviene vacunar a los impúberes con dosis completa y a los adultos con dosis reducida, como se ha llevado a cabo en la Isla de Malta y en Irán.

Todo programa con o sin vacunación, debe contemplar la mantención de un nivel higiénico adecuado de manera de disminuir la exposición a la infección.

Algunas medidas que conviene tener en cuenta son las siguientes:

Establos lo más limpios posible. Segregación de las cabras que abortan, eliminación y desinfección del feto y el lugar contaminado. Disposición de corrales de parto. Sacrificio o segregación de los animales infectados. Separar o destetar lo antes posible, a los cabritos de las madres infectadas, para ser criados en un medio libre de Brucella.

Es recomendable tener conocimiento de rebaños libres, para que éstos proporcionen los reemplazos a los rebaños en los que se está controlando la enfermedad.

SITUACION NACIONAL

Es muy poco lo que se ha estudiado de la brucelosis caprina en Chile. La crianza de esta especie en nuestro país, es en general una consecuencia de suelos de mala calidad, terrenos abruptos y períodos secos, que hacen desechar al productor otros tipos de explotación agropecuaria. Esto lo comprobamos al ver que las mayores concentraciones caprinas, se encuentran al Norte del Area Metropolitana y especialmente en zonas de pre-cordillera.

Hoy en día, mediante algunos proyectos de mejoramiento caprino que se están desarrollando en la IV Región, se pretende mejorar la productividad y la calidad del ganado, para beneficio de los productores y los consumidores en general.

De acuerdo al censo de 1955 (después se carece de información) existían 450.000 caprinas en la provincia de Coquimbo (IV Región) los que deben haber disminuido considerablemente a causa de las sequías de la década del 60.

Los últimos datos recolectados respecto a existencia caprinas en todo el país, indican que en el año 1965 existían en Chile 933.007 cabezas. El beneficio en matadero es bajo debido a que existe mucho beneficio predial.

Entre los años 1954 y 1961 se realizó un Plan de Erradicación de Brucelosis Caprina en la zona del Cajón del Maipo, en el que fue posible controlar la enfermedad y reducir el número de animales reaccionantes desde 8,63% a un 0,33%. Sin embargo últimamente, se ha comprobado bacteriológica y serologicamente la enfermedad, en muestras enviadas desde este lugar. Esto nos indica que posiblemente la enfermedad ha tenido un repunte en esta área.

En un trabajo realizado en la zona de Ovalle en 1963, se encontraron 24,7% de reaccionantes positivos a títulos 1:25 o mayores y un 4,17% a títulos 1:50 ó mayores al Test de Seroaglutinación en Placa. El total de animales testados fue de 3.088 caprinos.

No se conocen otros trabajos que estudien este problema y seguramente, si existe un interés en mejorar este tipo de explotación, deberán también tomarse medidas relacionadas con Brucelosis caprina.

Brucelosis porcina

EPIDEMIOLOGIA

Por regla general, la brucelosis porcina es producida por Brucella suis. Sin embargo, el cerdo también puede ser afectado bajo condiciones naturales por B. melitensis y B. abortus.

Para que esto ocurra deben darse condiciones de crianza común entre cerdos y caprinos, o cerdos y bovinos, lo que no sucede en nuestras explotaciones tradicionales de cerdos. Tienen cierta importancia en la infección del cerdo con B. abortus, la alimentación de éstos, con leche o suero de quesos, procedentes de vacas infectadas.

Además de provocar pérdidas que inciden en el proceso productivo, debe agregarse su importancia de enfermedad transmisible al hombre.

La enfermedad en el cerdo, se traduce principalmente en abortos. Por supuesto, son entonces, las hembras preñadas los animales que más demuestran la enfermedad. El sistema de crianza de esta especie que, implica concentración de animales y el corto período de gestación, son los factores principales que intervienen en la diseminación y ocurrencia de la enfermedad.

Se describen cuatro biotipos de Brucella suis, aunque algunos autores han descrito un quinto.

Los biotipos más comunes serían el 1, 2 y 3. En América del Sur incluyendo nuestro país, el biotipo que se encuentra comúnmente es el 1. En Estados Unidos predominan los biotipos 1 y 3, mientras que en los países del Norte de Europa, predomina específicamente el biotipo 2.

PATOGENIA Y PATOLOGIA

Como consecuencia de los hábitos del cerdo, es común el ingreso de Brucella por el tracto digestivo, sea por consumo de alimentos o aguas contaminadas por las descargas genitales, orina, fecas, líquidos del aborto, membranas fetales, fetos, etc.

A diferencia del bovino, la hembra porcina, puede infectarse en la monta, cuando son servidas por un macho que tenga infección testicular, epididimaria o vesicular. Otras vías comunes de contagio son la conjuntiva ocular y la vía intranasal. Luego de la penetración del germen, éste puede ubicarse en diferentes órganos o aparatos, donde producirá diversas alteraciones patológi­cas, como son las afecciones articulares, genitales, esplénicas, hepáticas y ganglionares.

Cuando la Brucella se ubica en las articulaciones, éstas producen espondilitis específicas y abscesos encapsulados que pueden ocupar cavidades irregulares en el cuerpo vertebral. Cuando el germen se ubica en ganglios linfáticos, lo que es frecuente, generalmente lo hace en el ganglio hepático.

Las localizaciones que tienen mayor importancia en la explotación porcina, son aquéllas que afectan al sistema reproductor, sean machos o hembras y que tienen como consecuencia la esterilidad, el aborto o el nacimiento de lechones débiles.

Los machos presentan con frecuencia aunque en forma solapada cuadros de orquitis y epididimitis. También es posible encontrar la Brucella en 1 o en 2 lóbulos de las vesículas seminales.

Respecto al aborto, se estima que cerca del 50% de las hembras infectadas llegan a sufrirlo alguna vez. Generalmente para que se produzca el aborto deben presentarse simultáneamente, la infección por B. suis de un alto grado de virulencia, una susceptibilidad alta de las hembras afectadas y un estado de gestación adecuado en el momento de la infección.

Cuando la infección se produce durante el coito, la muerte del embrión se produciría entre los 21 a 27 días, siguientes a la concepción, con el consecutivo aborto. Por regla general, éstos fetos son comidos por las hembras, contaminán­dose además otros animales. Sólo se evidencia al aborto con la presentación de nuevos estros, 40 a 45 días después del coito inicial.

DIAGNOSTICO

Al igual que en otras brucelosis, el diagnóstico definitivo de la enfermedad en el cerdo, está basado en pruebas bacteriológicas.

Las pruebas más recomendadas para el diagnóstico serológico de la brucelosis porcina serían:

- Prueba de Seroaglutinación Estándar. Se realiza en tubo o en placa, usando el mismo antígeno empleado para la brucelosis bovina. La interpreta­ción de esta prueba ha sido muy discutida. Según la reglamentación norteamericana sobre brucelosis, es considerada como oficial en las siguientes condiciones:

- Positivo todo cerdo cuyo suero tenga una aglutinación completa, en tubo o placa, al título 1:100 o mayor. También considera positivo a todo cerdo procedente de un plantel infectado o desconocido que presente reacciones al 1:25 o al 1:50.

- Los resultados negativos, consideran sueros con reacciones menores al 1:25, cuando provengan de un plantel infectado o desconocido. Cuando el plantel es conocido como libre de infección, se interpreta como negativa la prueba de aglutinación menor al título 1:100.

El National Research Council (USA), considera sospechoso a todo animal que da títulos 1:25 y 1:50 y recomienda su aislamiento, para repetir por dos veces consecutivas la prueba en forma satisfactoria, antes de considerarlo como negativo.

Ultimamente se reconoce que el método estándar de aglutinación sólo es capaz de identificar un 52% de los animales infectados que pueden ser comprobados bacteriológicamente.

La inespecificidad de esta prueba en el porcino se atribuye a la presencia de anticuerpos similares a los antibrucélicos, como respuesta a infecciones por Leptospira, Pasteurella, Salmonella, Bordetella, Yersinia, Francisella, etc., que son corrientes de encontrar en el cerdo.

Ante la inespecificidad o claridad de interpretación de las pruebas de Seroaglutinacion Estándar, es recomendable recurrir a las pruebas llamadas complementarias, para un mejor diagnóstico. Las más usadas son: 2 Mercapto­Etanol, Rivanol, Fijación del complemento y Antígeno Tamponado, siendo esta última la más recomendada por su simplicidad y eficacia.

CONTROL

En el cerdo, han fracasado todos los esfuerzos dirigidos a preparar una vacuna eficiente.

Sigue siendo lo más indicado para el control de la brucelosis porcina la eliminación de los afectados. El National Research Council (USA) recomienda tres alternativas:

- La primera, bastante drástica, consiste en la eliminación a matadero de todo cerdo del plantel, desinfección y descanso de instalaciones y luego de 60 días, repoblar con animales libres de la enfermedad.

- La segunda alternativa, más factible, consiste en separar a los cerditos de las hembras, muy temprano y criarlos aisladamente. Las hembras infectadas, no serán cubiertas eliminándolas a matadero. Lo mismo ocurrirá con los reproductores machos. Todo movimiento de animales del criadero debe controlarse por pruebas serológicas. Se considera predio negativo, luego de dos pruebas de esta índole, realizadas en el mismo lapso de 90 días.

- La tercera alternativa, recomendada especialmente en planteles con una baja prevalecía, es la eliminación a matadero de los animales positivos. También se declara negativo el plantel después de dos pruebas negativas en un intervalo de 90 días.

El control de esta enfermedad debe promover nuestro interés, si tenemos en cuenta que en Estados Unidos cerca de la mitad de las causas de Brucelosis humana (200) fueron ocasionadas por B. suis, hecho importante, considerando que se encontró en ese período (1980) una prevalecía de 0,049% sobre 5.000.000 de cerdos encuestados.

SITUACION NACIONAL

En 1934, los doctores San Miguel y Sanz, describen la Brucelosis porcina en Chile. Posteriormente Cazaux en 1940 realiza la prueba de seroaglutinación estándar en 2.806 cerdos y encuentran un 1,3% de reaccionantes. Algunos otros datos parciales de prevalecía de brucelosis en cerdos son de 14,52% en 1949 y un 15,22% en 1963, a partir de muestras obtenidas en Mataderos de Santiago.

El mismo año 1963 en sueros recolectados en criaderos del Area Metropolitana se encontró un 12,87% de reaccionantes.

En 1979 en Chillán, con muestras de matadero se determinó un 22,97% de cerdos reaccionantes a la seroaglutinación en placa a título de 1:25 o mayores.

En Concepción, y utilizando la prueba del Antígeno Tamponado un 10,11% de sueros porcinos reaccionaron positivamente a esa prueba.

Ultimamente, hemos encontrado en la Zona Central del país y a partir de sueros recolectados en matadero, una prevalecía de un 16,6% utilizando la prueba de seroaglutinación en placa, y un 9,7% utilizando la prueba del Antígeno Tamponado.

Como se puede apreciar, a pesar de las diferencias entre las encuestas, la tendencia de la enfermedad, en el mejor de los casos, es estacionaria, lo que debe llevar a realizar esfuerzos mayores para controlar el problema en forma gradual, o definitiva.

Brucelosis ovina (a B. ovis)

EPIDEMIOLOGIA

Uno de los factores que más llama la atención en la brucelosis ovina es su particular forma de transmisión. Ha sido aceptado por la mayoría de los autores que el macho juega un papel preponderante en la transmisión y distribución de la enfermedad. El contagio se provocaría entre los machos sea por convivencia o por montas entre ellos, las que suceden con frecuencia.

Los carneros infectarían a las hembras sólo en forma esporádica.

Está comprobada la vía de infección oral y genital en los carneros; creyéndose que en la oveja, la vía de infección sea la oral.

Nosotros hemos encontrado que en rebaños donde la brucelosis ovina afecta al 15% de los carneros, en las hembras sólo afecta al 1,02%.

Ordinariamente en todas las brucelosis la hembra juega un papel de importancia en la epidemiología de la enfermedad, excepción hecha del caso de brucelosis ovina.

Brucella ovis, es la única que no afecta al hombre y tampoco se la ha encontrado en otras especies.

PATOGENIA Y LESIONES

El macho infectado por vía oral u ocular presenta sus ganglios comprome­tidos luego de 60 días post inoculación, luego la infección puede constatarse en hígado, bazo, testículos y epidídimo.

Allí permanecerá la Brucella ovis y será eliminada en el semen por un tiempo prolongado.

Ordinariamente se formará un granuloma en los conductos seminíferos con estasia seminal, y la formación consecutiva de un espermatocele. La lesión afectará principalmente la cola del epidídimo.

Hemos comprobado que la infección vía uretral es muy rápida, provocan­do igualmente orquitis y epididimitis. Igualmente hemos estudiado las alteraciones morfológicas de los espermios luego de la infección experimental de carneros con Brucella ovis. Es un hecho comprobado que la infección produce alteraciones espermáticas y disminución de la capacidad reproductiva del carnero infectado, pudiendo llegar a la esterilidad total.

En las hembras la infección provoca placentitis y aborto. La hembra infectada no contagia al macho y su período de infección es siempre restringido.

DIAGNOSTICO

Puede ser diagnosticada presuntivamente por exámenes clínicos. Este método está sujeto a un gran error, pues hemos comprobado que carneros sin lesiones testiculares aparentes eran pasivos a las pruebas de diagnóstico serológicos.

El método bacteriológico a partir del semen, obtenido por electroeyaculación, es bastante preciso, teniendo como inconveniente que ordinariamente el semen está contaminado, aunque se describen medios específicos para este fin.

Los métodos serológicos más usados son la prueba de Fijación del Complemento y la prueba de Inmunodifusión en Gel de Agar. Esta última muy precisa, se realiza utilizando un antígeno soluble de Brucella de Tipo R.

Las pruebas de inmunodifusión han sido complementadas en la actualidad con pruebas de inmunoelectroforesis, con resultados muy satisfactorios.

CONTROL

Ordinariamente, previo al encaste, son seleccionados por examen clínico todos los carneros de los rebaños ovinos. Aquel que presenta lesiones testiculares y epididimarias es eliminado. Esto de por sí, elimina a varios carneros que pudieran estar infectados.

El resto que escapa a este examen y queda infectado, mantiene la enfermedad en el rebaño.

Los métodos de control van dirigidos a realizar pruebas de diagnóstico más seguras, como las de Inmunodifusión o Fijación del Complemento y eliminar a los carneros afectados. A pesar de ello el control absoluto de la enfermedad se hace muy difícil.

Han sido experimentadas una serie de vacunas, una de ellas, la mezcla de bacterina de Brucella ovis y Cepa 19 ha dado resultados discutidos. Una bacterina más adyuvante, ha dado algunos resultados satisfactorios.

En 1980 ensayamos el empleo de la vacuna 45/20 Adyuvante, la que provocó una protección suficiente frente al desafío con cepa patógena. El efecto inflamatorio del adyuvante, que habíamos obtenido en el perro, no se produjo en el ovino. Resta por realizar pruebas en la masa para complementar esta experiencia.

SITUACION NACIONAL

En nuestro país las primeras sospechas de la enfermedad se presentaron en ovinos de Magallanes. Un estudio realizado en esta oportunidad (1962) no evidenció presencia de Brucella ovis, pero si gran cantidad de infecciones testiculares por Corynebacterium ovis.

En 1963 el profesor Mc Gowan lleva a USA suero de carneros de la zona central y comprueba serológicamente la enfermedad. En 1968 es aislado el agente causal a partir de carneros de la zona central. Posteriormente la enfermedad fue encontrada en varios lugares del país.

Los estudios realizados han demostrado que un 14% de carneros presentan lesiones testiculares. Ha sido aceptado y demostrado que carneros sin lesiones testiculares presentan la infección.

Los estudios realizados en varias áreas del país, a pesar de ser parciales y locales, acusan una prevalecía entre 10 a 17% de infección por B. ovis.

Lamentablemente en la mayoría de las explotaciones ovejeras del país, no se realizan planes específicos de control de esta enfermedad.

Brucelosis canina

EPIDEMIOLOGIA

El perro, es la principal especie animal que se infecta en forma natural con Brucella canis. Casos aislados se han descrito en gatos, zorros, linces y otros mamíferos salvajes.

El hombre puede sufrir la enfermedad al infectarse accidentalmente en el laboratorio o por contacto con animales enfermos.

Esta brucelosis suele encontrarse especialmente en los centros de reproduc­ción canina, donde existe gran renovación de animales y donde es fácil la entrada de un reproductor infectado.

No se describen diferencias de sexo o edad para la presentación de la enfermedad. Algunos países donde se ha descrito son: USA, Alemania, México, Brasil, Perú y desde hace pocos años en nuestro país.

PATOGENIA

Las vías más comunes de infección natural son: por ingestión, conjuntiva ocular, piel o transmisión en el coito.

El microorganismo, luego de ingresado, va a localizarse en los ganglios regionales correspondientes al sitio de infección.

Algunos días después se establece una bacteremia recurrente, que puede persistir más de 12 meses. A las 2 semanas de infección el germen puede ser encontrado en gran cantidad, en diferentes tejidos, especialmente en órganos ricos en células retículo endoteliales, como son bazo, hígado y ganglios linfáticos.

Esta bacteremia no produce alza térmica debido posiblemente a que el germen no posee toxinas, aunque en el hombre se produce esta alza de temperatura.

La infección por Brucella canis difícilmente provoca la muerte del animal adulto, siendo el aborto y la muerte de recién nacidos la principal causa de las pérdidas. Además, se afectan los índices reproductivos de un plantel, por baja de la fertilidad en los machos. Esto es debido, a que también son corrientes las localizaciones de Brucella en epidídimo y próstata. También podemos encontrarla en ojo, articulaciones y columna vertebral.

PATOLOGIA

El aborto se produce generalmente a los 4 a 9 días post-infección, en hembras en preñez a término. Cuando la infección ocurrió antes de la preñez, el aborto se produce a los 49 a 59 días de gestación. Cuando los cachorros nacen vivos, generalmente mueren en 1 a 3 días como máximo.

La hembra elimina secreciones vaginales mucoides y sanguinolentas por algunos días. Después del primer aborto, estos pueden repetirse en preñeces posteriores. Las perras infectadas que no han quedado preñadas pueden presentar una vulvitis pasajera acompañada de un notorio decaimiento.

La placenta producto de aborto, presenta coagulaciones focales y necrosis de las vellosidades coriónicas, pareciendo ésto ser la causa del aborto.

Los fetos, aparecen edematosos, con lesiones renales, hepáticas y ganglionares. El contenido estomacal aparece sanguinolento.

Como consecuencia de la prolongada bacteremia se han descrito algunos casos de meningoencefalitis difusa, con escasos signos específicos.

El examen histopatologico revela la hiperplasia y granulomatosis en ganglios linfáticos. La epididimitis y orquitis, finalmente provocan degenera­ción tisular. El útero aparece con hipertrofia del epitelio glandular e infiltraciones focales de la lámina propia.

DIAGNOSTICO

El diagnóstico de la brucelosis canina no puede establecerse únicamente por un examen clínico. Según este aspecto, son de importancia los datos sobre abortos repetidos y metritis en hembras; orquitis, epidimitis y edema escrotal en machos.

El diagnóstico patológico, sin duda, también aporta antecedentes básicos importantes, como son la presencia de linfoadenopatías y esplenomegalia.

El aislamiento bacteriológico de Brucella canis constituye el diagnóstico definitivo de la enfermedad. Las muestras de elección para este efecto serían: sangre para hemocultivos, secreciones uterinas, fetos, orina y leche.

Existen pruebas serológicas que nos pueden dar un diagnóstico con seguridad y rapidez. Las usadas más corrientemente en brucelosis canina son: Fijación de complemento, Test de aglutinación con antígeno teñido de Brucella ovis y la prueba de Inmunodifusión en Gel de Agar (PIGA), esta última, la más usada de todas.

TRATAMIENTO

Sólo es recomendable en animales de alto costo y valor genético; teniendo presente que se han ensayado múltiples antibióticos y esquemas de tratamien­to con resultados dispares o fallidos. Los antibióticos más usados son las Tetraciclinas y la Estreptomicina por tiempos prolongados y en altas dosis, lo que nos debe hacer pensar en los efectos colaterales que éstos pueden producir.

Un producto que ha dado un 83% de éxito, que es la Nimocilina, resulta de un costo muy elevado.

CONTROL

Dentro de las medidas de control podemos contar con la eliminación de los enfermos y la limpieza y desinfección de los caniles de los individuos afectados.

En nuestro país hemos ensayado en forma experimental, la vacuna Brucella abortus Cepa 45/20 adyuvante en la prevención de la brucelosis canina con algunas limitantes por el efecto irritante del adyuvante. El uso de una mutante mucoide de Brucella canis, usada como vacuna, produce aceptable inmunidad pero provoca una prolongada bacteremia.

Una medida de control muy recomendable, es la realización de exámenes serológicos y hemocultivos periódicos entre los reproductores de un plantel. Por supuesto no se debe emplear en reproducción un animal enfermo de brucelosis.

En todos los países afectados por la enfermedad, ésta se ha descrito primeramente en criaderos de perros. Por eso se estima que estos animales son los que han contribuido a diseminar la enfermedad entre los países, debido al permanente tráfico de reproductores finos.

SITUACION NACIONAL

En Chile, la enfermedad fue descrita simultáneamente en la X Región y en el Area Metropolitana (1978).

Las medidas de control especiales, no se han tomado más que a niveles muy restringidos.

Hemos estudiado la enfermedad en un criadero del Area Metropolitana, encontrando una incidencia de 25,6%

También en un estudio serológico de los 13 principales criaderos de Santiago, hemos encontrado un 11,5% de animales que reaccionan positivamente a PIGA.

En un estudio serológico realizado por nosotros, en Médicos Veterinarios dedicados a Clínica de Animales Menores, se encontraron 6 (4,3%) reaccionan­tes positivos, de 137 encuestados, todos de la ciudad de Santiago. También se han encontrado reactores serológicos en dadores de un banco de sangre de un hospital de la capital. En estos momentos se realizan estudios tendientes a desarrollar una vacuna eficaz, viva, que no produzca las intensas reacciones locales debidas al adyuvante que acompaña necesariamente a la Cepa 45/20.

El daño económico medido en abortos y eliminación de reproductores, además del peligro que esta enfermedad significa para la salud humana, debiera promover, poner en práctica medidas de control; responsabilidad que corres­ponde a los Médicos Veterinarios de actividad en Clínica Menor, como a los propietarios de los planteles afectados.

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