INTRODUCCIÓN

El espectacular desarrollo que ha tenido la inseminación artificial (I.A.) de la especie bovina en los últimos 50 años, frecuen­temente hace olvidar que la primera I.A. de que existe referencia escrita, se realizó en una yegua en 1332, por iniciativa de un jeque árabe. Ya en 1799 HUNTER en EE.UU. y en 1885 REPIQUET en Francia habían realizado inseminaciones en yeguas, antes que IWANOW, considerado como el precursor de la I.A. moderna, inseminara en 1909 las primeras yeguas en Rusia. Durante 1938 el Instituto Central de I.A. de Moscú ya contabilizaba 138.000 yeguas inseminadas artificialmente, cantidad que supera el número de vacas anualmente inseminadas en Chile en la actualidad. De la República Po­pular China se reportaron en 1959 600.000 yeguas inseminadas (CHENG PEI LIU 1961); de un solo padrillo se inseminaron en 1960 4.415 yeguas, obteniendo 77% de preñez.

Sin embargo, en los países occidentales la I.A. de equinos no se ha desarrollado. Por el contrario, se ha observado una disminución de ella, tras la erradicación de enfermedades venéreas como el MUERMO, que fue controlado en la Europa de post-guerra mediante la inseminación artificial.

Con la mecanización de la agricultura y la evolución de los medios de transporte y arrastre, el equino perdió importancia como animal de trabajo. No obstante, la tendencia se ha revertido en los últimos 15 años, tendiendo a un gradual incremento en número de caballares, inicialmente como animales de deporte y recreación y, en forma más reciente, como animales de tiro; una alternativa llamada a reemplazar en muchas labores a la máquina impulsada por combustibles líquidos.

En una etapa de crecimiento de la masa equina, la inseminación debería constituir una biotécnica del mayor interés para reproducir racionalmente los mejores padrillos existentes, que podrían elevar el standard de la masa en pocas generaciones.

No obstante, a diferencia de lo que ocurre con bovinos, en la especie equina existen factores que contribuyen a limitar la I.A. Tal vez el más importante, debido ala dificultad de ser modificado por el hombre, sea el aspecto fisiológico reproductivo de la yegua, con sus celos de duración imprevisible, que obligan a exámenes e inseminaciones repetidas dentro del mismo celo.

Una segunda limitante deriva de la mayor dificultad para conservar el semen. Debido a la pérdida relativamente rápida de la capacidad fecundante, la inseminación instrumental del semen de potro está limitada a las horas siguientes a la recolección. En térmi­nos de aprovechamiento del semen, aún así tiene la ventaja que los eyaculados pueden fraccionarse, para aplicarlos en 12 a 15 yeguas.

La conservación de semen equino por congelación aún sigue en la etapa experimen­tal, a pesar de que ya en 1963 BUELL (1963) en Gran Bretaña y KOTJAGINA et al (1963) en la URSS informaron de las primeras gestaciones con semen congelado. Los índices de concepción de 80% informados poco más tarde de ROMBE et al (1965) fijaron metas que no han logrado ser alcanzadas por otros autores. En general, los resultados obtenidos desde entonces son menos satisfactorios. En parte adolecen del número reducido de yeguas en que se han medido (SULLIVAN 1978), o de la drástica selección de potros y del semen que ha sido utilizado (CRISTANELLI et al 1984), por lo que aún puede estimarse aventurado recomendar el uso rutinario de semen congelado en la industria equina (LOOMIS et al 1983).

Un tercer factor que ha frenado el desarrollo de la I.A. equina lo constituyen las limitaciones o prohibiciones impuestas a la inseminación instrumental. Algunos Regis­tros de Razas la prohíben totalmente (Caballo de Paso Peruano), otros aceptan la I.A. en el plantel de origen del potro y en presencia del mismo; algunos sólo como indicación clínica, y acompañada a la cubierta natural del padrillo como 'impregnación' (Fina Sangre). En estas formas obviamente se recurre al semen recién recolectado, frecuen­temente sin la adición de diluyentes. Sin embargo, en general, los Registros de razas pesadas (Percheron, Belga) no han reglamen­tado sobre I.A. Los Registros de Trotones y de Caballos de Equitación (Sangre Caliente) europeos permiten la inseminación instru­mental de potros autorizados como padrillos (GINTHER 1979).

Las características reproductivas de la yegua requieren de formas de organización de la I.A. un tanto diferentes a las aplicables en la especie bovina. No se puede prescindir de la presencia de un potro -aunque se desee inseminar instrumentalmente con semen conservado- pues sólo en presencia del macho la yegua exteriorizará en forma reconocible su celo.

Las formas de organización que de lo anterior se desprenden son:

a) El establecimiento de estaciones de monta, equipadas con la infraestructura necesaria para colectar y aplicar el semen de sus padrillos, o para conservar adecuadamente el semen congelado. Tratándose de distancias cortas entre plantel de origen de las yeguas y la estación de montas, estas pueden ser llevadas dia­riamente por sus dueños a control de celo. En muchos casos la estación de montas requerirá de infraestructura y personal para recibir y mantener las yeguas, al menos durante los días de celo.

b) La colección y aplicación del semen a nivel de Criadero representa una alternativa interesante para planteles con padrillos propios: Esta forma se ha difundido en EE.UU. entre los criadores de las razas Quarter Horse, Standard-bred y Arabe. Sus ventajas radican en una dis­minución del riesgo de monta para animales y personal, la posibilidad de examinar y evaluar el semen, y el número mayor de yeguas posibles de cubrir, con una fertilidad comparable a la de la monta natural.

En los últimos años viene observándose un aumento de interés por la CONGELACION de semen equino. Las modificaciones tecno­lógicas descritas por MARTIN et al (1978), entre ellas la utilización de EDTA (etilen­diamino tetraacetato), ya utilizado anterior­mente por autores rusos (PLATOV y FO­MINA 1976), han sido incorporadas y pro­badas por investigadores de Colorado (LOOMIS et al 1983) y perfeccionadas por COCHRAN et al (1984) y CRISTANELLI et al (1984).

Los buenos resultados de fertilidad obtenidos por los últimos autores nombrados, en un número significativo de yeguas, permiten esperar dentro del futuro próximo un desarrollo más acelerado de la conservación de semen equino por congelación. El perfeccionamiento de esta técnica permitirá aprovechar racionalmente todas las ventajas y proyecciones que ofrece la conservación de semen y que han sido reseñadas por investigadores de Colorado / California (AMANN y PICKETT 1984) en los siguientes puntos:

1) Es más conveniente y económico embarcar un envase térmico con Nitrógeno Líquido que un potro. En esa forma pueden cruzar el país de un extremo a otro cientos de dosis de semen a muy bajo costo. 2) Podrían obviarse muchos transportes de yeguas hacia el plantel del potro disminuyendo costos de cubierta y seguros y evitando stress de viajes, particularmente en yeguas recién paridas, con cría al pie. 3) Los padrillos podrían participar en concursos, o recuperarse de alguna enfermedad, sin interrumpir sus compromisos de cubiertas, mediante la utilización de su semen conservado en otros períodos. 4) Temporadas de cubiertas diferentes, por ejemplo, entre Hemisferio Norte y Sur, no serían impedimento para cubiertas programadas para un mismo padrillo. 5) La conservación de semen por congelación puede tener el carácter de un seguro de accidente y muerte de los padrillos, permitiendo reproducirlos después de su muerte. 6)  El uso mayor de padrillos élite permitiría reducir el uso de potros de menor calidad.

Para países como Chile, la utilización de semen congelado -aún con expectativas de fertilidad menores a la monta natural- representa una alternativa para la incorporación de material genético de potros, ofrecidos internacionalmente como padrillos probados de concurso ecuestre. Tal alternativa, que en pequeña escala ha sido utilizada en años recientes (HELLEMANN et al 1980), mantiene su vigencia con carácter experimental para los investigadores que la ofrecen y de interés práctico para los criadores que han obtenido crías por su aplicación.

BIBLIOGRAFÍA SELECCIONADA

AMANN, R.F. y B.W. PICKETT (1984): An over­view of frozen equine semen: Procedures for thawing and insemination of frozen equine spermatozoa. Colorado State University Experimen­tal Station. Special series 33. ISSN: 0742-8952.

BUELL, J.R. (1963): A method for freezing Stallion semen and tests of tis fertility. Vet. Rec. 75: 900-902.

CRISTANELLI, M.J., E.L. SQUIRES, R.P. AMANN y B.W. PICKET (1984): Fertility of stallion semen processed, frozen and thawed by a new procedure. Theriogenology 22: 39.

GINTHER, O.J. (1979): Reproductive Biology of the mare. Basic and applied aspects. Library of the Congress Catalog Card Nº 79-90185.

HELLEMANN, C., J. OLTRA y J. GONZALEZ (1980): Inseminación post-ovulatoria con semen congelado en equinos. Res. 3er. Congr. Nac. Med. Vet. Santiago 1980, p. 102.

KOTJIAGINA, V., E. PLATOV y S. ROMBE (1963): (The fertility of stallion semen preserved at a temperatura of -78º). Zivotnodsvo 25: 83. Referido en Anim. Breed. Abstr. 31: Nº 2718, 1963.

LOOMIS, P.R., R.P. AMANN, E.L. SQUIRES y B.W. PICKET (1983): Fertility of un frozen and frozen stallion spermatozoa extended in EDTA-­Lactose-egg yolk and packaged in straws. J. Anim. Sci. 56: 687-693.

MARTIN, J.C., E. KLUG y A. GUNZEL (1978): Investigations on centrifugation of stallion semen and storage in large volume straws. 2nd. Int. Symp. on Equine Reprod. Davis, Calif. 24 - 28.07.1978 (Manuscrito).

PLATOV, E.M. y E.L. FOMINA (1976): Freezing stallion semen in horsebreeding of the USSR. 8th. Int. Congr. Anim. Raprod. A.I. Krakow(1976). Vol. I Comm. Abstr. p. 320.

ROMBE, S., V. KOTJAGINA y N. PILER (1965): (An improved method of preserving semen at -79ºC) Konevod. Konnyi Sport 35: 34 Referido en Anim.    Breed. Abstr. 33: No 2014 (1965).

SULLIVAN, J.L. (1978); Characteristics and cryopreservation of stallion spermatozoa. (Review). Cryobiology 15: 355-357.