Cuando despunta el siglo XVIII, Puerto Rico, alentado y favorecido por España, se constituye en el centro de la piratería y el corsarismo. "Dos figuras son representativas de este maridaje entre la venalidad gubernativa y la intrepidez isleña: el Gobernador Matías de Abadia (1734) y el mulato Miguel Henríquez. Entre ambos llegaron a dominar el comercio local."
Díaz Melián, M. V. (1986). La condición jurídica y social del negro en Puerto Rico a través de las actas del Cabildo de San Juan Bautista de Puerto Rico (1775-1810). Revista Chilena De Historia Del Derecho, (12), Pág. 277–303. https://doi.org/10.5354/rchd.v0i12.24965